
Editorial: Acantilado
Hace cierto tiempo que me leí este libro. Quizá después del verano del 2006. No lo recuerdo...
Este libro de volumen considerable, no es de lectura fácil y dinámica, pero es un libro profundo, y agradable, que nos da a conocer la mentalidad de una época, así como la de los dos máximos protagonistas: Goethe y su último y más duradero secretario Johan Peter Eckermann. Eckerman transcribió las conversaciones que Goethe y él mantuvieron durante los últimos años de vida de aquel. En ellas se tratan muchísimos temas desde el teatro, a los descubrimientos científicos, la política, las especies de pájaros o las mejores maderas para construir un arco para flechas. Especialmente priman los temas artísticos, y podemos apreciar la gran importancia que le daban a la cultura, y lo exquisitos que eran desgranádola y saboreándola. Cada conversación va precedida por su fecha, y algunas son muy cortas, más bien una anotación de diario de Eckermann, y otras ocupan varias páginas. Es un libro, como digo, largo y de un tirón no pude con é pero sin embargo al llegar a las últimas páginas sentí que lamentaba mucho llegar al final, pues sentía que iba a echar de menos las apreciaciones de Goethe, así como su sabiduría y elocuencia tratándo tantos y tantos temas. Durante muchos días era una voz que me acompañaba, y gustaba de escucharla aunque me hablara de cosas que desconozco por completo. También la presencia de numerosos eminentes invitados a la casa de Goethe, en Weimar, amenizan estas charlas y conforman un fresco de la alta aristocracia de aquella época. Un libro para leer a sorbos, al menos en el momento en el que yo lo hice, y valoro mucho haberlo leído, me ha dejado un buen y grato recuerdo.